Funcionalidad del caparazón de las tortugas

En este artículo intentaremos explicar detalladamente todas las múltiples funciones que ofrece el caparazón de una tortuga para facilitar la vida de estos animales:

Defensa
La función primordial del caparazón es la protección frente a los depredadores. El caparazón de la mayoría de tortugas se compone de placas rígidas que recubren un esqueleto óseo de gran fortaleza. El caparazón cubre la zona superior, inferior y lateral, dejando tan solo dos aperturas en la zona anterior (para la cabeza y las dos patas anteriores) y la zona posterior (para las patas posteriores y la cola). Un dato curioso es que las placas que vemos del caparazón no coinciden con las placas óseas de la tortuga (tan solo visibles en ejemplares fallecidos tiempo atrás y en algunos animales que han sufrido quemadas importantes en el caparazón).
Para dotar a la estructura del caparazón una mayor solidez, la columna vertebral de la tortuga está "soldada" al caparazón.

Detalle de las placas en una Testudo graeca
(Imagen de Enric Pàmies)

A parte de su dureza, los caparazones tienen otros elementos y formas que les ayudan a defenderse de sus depredadores:

- Tamaño y altura
Muchas especies de tortugas tienen un tamaño tan grande que resulta casi imposible para un depredador poder matar al animal para comérselo. Un claro ejemplo lo encontramos en Centrochelys sulcata, que puede medir 80 cm. de largo y pesar hasta 100 Kg.
También es de gran ayuda tener un caparazón muy abombado, lo que impide a cualquier depredador poder coger a la tortuga con sus mandíbulas. Esto sucede por ejemplo en las Stigmochelys pardalis, que tienen un caparazón bastante grande y abombado que les protegen de depredadores como leones y otros grandes felinos.

Dos grandes ejemplares de C. sulcata
(Imagen de Enric Pàmies)

Stigmochelys pardalis, con su abombado caparazón (Foto cedida por Natus)

- Flexibilidad
En la especie Malacochersus tornieri encontramos un sistema de defensa único dentro del mundo de los
quelonios. Al contrario que en el resto de especies, las Malacochersus tornieri tienen un caparazón no muy duro (presionando con los dedos se observa que es relativamente blando) que les permite, cuando se ven amenazadas por algún depredador, meterse en pequeñas grietas de las rocas e hinchar los pulmones, de tal forma que se queden totalmente ancladas dentro de las rocas y resulta imposible extraerlas del sitio.

Joven ejemplar de Malacochersus tornieri
(Imagen de Enric Pàmies)

- Espinas en el caparazón
Algunas especies de tortugas poseen un caparazón serrado o espinoso, lo que les permite por una parte camuflarse en el entorno y por otra parte impide a los depredadores atacarlas y morderlas. Muchas especies asiáticas están dotadas de espinas: Heosemys spinosa, Pyxidea mouhotii, Geoemyda spengleri, ...

El caparazón en forma de sierra de las Geoemyda spengleri puede evitar algún ataque de sus depredadores (Imagen de Enric Pàmies)

- Articulaciones en el plastrón y caparazón
Existen varias especies de tortugas dotadas de una o dos articulaciones en el plastrón que les permiten cerrarse en forma de caja cuando se ven amenazadas, lo que permite al animal no dejar al descubierto ninguna parte de su cuerpo.
Algunos géneros de tortugas que poseen estas articulaciones son Kinosternon, Terrapene, Cuora, ...
También existe otro caso curioso en el género Kinixys. En las tortugas pertenecientes a este género se puede observar una articulación en la parte posterior del caparazón que les permite defender sus extremidades posteriores de posibles ataques.

Ejemplar de Kinosternon subrubrum cerrando la parte anterior del plastrón
 (Foto cedida por Josep Escribano)

Plastrón de Terrapene carolina major (Foto cedida por Lucio)

Camuflaje
La coloración y forma del caparazón de muchas tortugas tiene también un objetivo muy claro: camuflarse con el entorno para esconderse de sus depredadores.

- Tortugas terrestres (testudínidos)
La mayoría de especies terrestres poseen una coloración del caparazón que les permite camuflarse entre la hierba, con la tierra y las rocas, ...
A continuación os mostramos algunos claros ejemplos:

Ejemplares de Geochelone elegans con sus espectaculares dibujos (Imagen de Enric Pàmies)

Las Malacochersus tornieri también poseen una coloración que les permitirá camuflarse con facilidad (Imagen de Enric Pàmies)

Las manchas blancas y negras de las tortugas leopardo (Stigmochelys pardalis) permiten que se camufle entre la vegetación, simulando zonas de sol y sombra (Imagen de Enric Pàmies)

Los ejemplares del género Testudo tienen colores muy similares a los de la tierra y las hierbas de su hábitat (Imagen de Enric Pàmies)

- Tortugas que habitan en bosques tropicales
Existe un gran número de especies que ha adaptado su forma y coloración a las zonas de bosques tropicales, camuflándose entre la hojarasca y los troncos caídos:

Una especie con forma de hoja es la Geoemyda spengleri (Imagen de Enric Pàmies)

Heosemys spinosa entre la hojarasca (Imagen de Enric Pàmies)

La coloración y forma de las Pyxidea mouhotii se asemejan mucho a los de una hoja (Imagen de Enric Pàmies)

Los ejemplares de Rhinoclemmys pulcherrima manni tienen una coloración similar a las troncos de un bosque (Foto cedida por mcvera)


- Tortugas de hábitos acuáticos
La mayoría de especies acuáticas poseen una coloración del caparazón oscura que las camufla con el fondo, y una coloración del plastrón mucho más clara para que si se observan desde abajo se camuflen con la claridad del cielo.
Algunas especies también tienen colores y formas que les permiten camuflarse al salir del agua.
Las especies que habitan charcas y zonas más pantanosas suelen ser de un color muy similar al del fango.

La coloración de las Apalone spinifera les permite volverse invisibles en aguas removidas y en el fondo arenoso (Foto cedida por Mauremys)

En este ejemplar de Chelonia mydas se puede observar un caparazón de color oscuro y un plastrón con tonos claros (Imagen de Miguel Cortés)

Ejemplar de Graptemys ouachitensis con su característico caparazón con forma de sierra (Imagen de Enric Pàmies)

En el caso de las Kinosternon scorpioides su coloración les permite camuflarse entre el fango (Imagen de Enric Pàmies)

Los juveniles de Trachemys scripta elegans se confunden fácilmente entre la vegetación acuática (Imagen de Enric Pàmies)

Las Ocadia sinensis se camuflan también perfectamente cuando se encuentran en zonas con hojarasca y hierba (Imagen de Enric Pàmies)

- Tortugas depredadoras
Algunas especies de tortugas depredadoras utilizan un buen camuflaje con el fondo del río para que sus presas se acerquen despreocupadas y poder cazarlas fácilmente.

Macrochelys temminckii (Imagen de Enric Pàmies)

Chelus fimbriatus (Foto cedida por Mauremys)

Adaptación al medio
En muchas especies con hábitos fuertemente acuáticos podemos observar un caparazón muy aplanado y con una forma muy hidrodinámica, lo que les permite moverse con mucha habilidad y rapidez dentro del medio acuático.

Todas las especies de tortugas marinas (en la foto una Chelonia mydas) poseen un caparazón con forma hidrodinámica (Imagen de Miguel Cortés)

Las tortugas de la familia Trionychidae (imagen de una Pelodiscus sinensis ) tienen un caparazón muy plano que les permite nadar con mucha facilidad

Otras funcionalidades
En las tortugas terrestres que acostumbran a excavar cuevas o madrigueras el caparazón es mucho más plano de lo habitual entre las tortugas de este tipo.
Dos ejemplos de este hecho los encontramos en los géneros Gopherus y Testudo:

Gopherus berlandieri (Foto cedida por Juan M. Morales)

Testudo horsfieldii (Imagen de Enric Pàmies)

Otro curioso caso lo encontramos dentro de la familia Trionychidae (tortugas de caparazón blando). Estas tortugas poseen una dura piel en lugar de tener un caparazón rígido. Este caparazón "blando" es bastante ancho y con los bordes ligeramente elevados, lo que les permite absorber los rayos solares sin necesidad de salir a tierra firme.

Dos ejemplares de Apalone ferox (Foto cedida por Feliciano Esteban)


Artículo escrito por: Enric Pàmies

  

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