Mastigoproctus giganteus, el mejor arácnido mascota

Como dicen en Estados Unidos, en ninguna colección de artrópodos que se precie debería faltar el Mastigoproctus giganteus, vulgarmente conocido como vinagrillo o escorpión látigo.

Se trata de un arácnido y es el más grande de la família de los Telifónidos dentro del orden de los Uropígidos, llegando a medir unos 8 cm. y a pesar de su aspecto es un animal inofensivo para las personas.

Vive al sur de Estados Unidos y México, su aspecto recuerda inicialmente a un escorpión, aunque carece de aguijón y en su lugar posee un flagelo o látigo multiarticulado. A ambos lados de la base del látigo encontramos dos glándulas que expulsan un líquido que al contacto con el aire se volatiliza, convirtiéndose en un gas con olor a vinagre. Este gas está constituido por un 84% de ácido acético, 5% de ácido caprílico y 11% de agua. No es peligroso para las personas, y solo en caso de ser muy sensible se puede desarrolar un cuadro de irritación más o menos importante.

Como todos los arácnidos (arañas, tarántulas, escorpiones, etc.) posee ocho patas, pero el primer par han evolucionado en unos órganos sensoriales a modo de antenas. Estas "antenas" le dan al Mastigoproctus un carácter más extrovertido, ya que con ellas está contínuamente explorando su alrededor, resultando un animal muy entretenido a diferencia de muchos otros invertebrados. Con ellas localiza a su presa y con los pedipalpos (pinzas) lo caza y sujeta mientras la devora.

Mastigoproctus giganteus
Hembra adulta devorando un grillo

Su mantenimiento en cautividad es sencillo y pueden vivir unos 8 años. A pesar de que tiene fama de proceder de ambientes secos su instalación deberá estar compuesta por fibra de coco húmeda, con la suficiente profundidad para que pueda excavar su refugio. Si se mantiene húmedo no es necesario proporcionarle agua. Durante los tres años que hace que mantengo y crío esta especie nunca la he visto beber y eso es a consecuencia de la humedad ambiental. La temperatura oscila desde los 28ºC a 31ºC diurnos en verano hasta los 15ºC nocturnos en invierno. Durante el invierno es conveniente subirle la temperatura diurna sobre los 20ºC.

La alimentación se debe basar en grillos del tamaño adecuado. Un Mastigoproctus adulto o subadulto disfrutará con los grillos tipo Acheta más grandes, también se les puede proporcionar cualquier especie de cucaracha, éstas se les debe ofrecer con pinzas ya que si se suelta en su terrario pueden trepar o enterrarse quedando fuera del alcance de nuestro vinagrillo, ocasionalmente también se les puede ofrecer larvas de Zophoba, Tenebrio, Galleria, etc.

Yo inicio la reproducción de mis vinagrillos juntándolos en invierno. Durante un día o dos pongo al macho en el terrario de una hembra y espero a que éste la fecunde. El proceso es entretenido, y a veces muy rápido. Enseguida ambos animales empiezan a reconocerse mediante sus antenas, lo hacen con cuidado, excretando feromonas asegurándose de que el otro animal es del sexo contrario.

Mastigoproctus giganteus
Un macho sujetando a una hembra durante el cortejo y cópula

Una vez fecundada la hembra busca un lugar donde resguardarse y llegada la primavera aparecerá un ovisaco enganchado a su obertura genital. El número de huevos varía entre 20 y 50.

Mastigoproctus giganteus
Hembra con los huevos

Al cabo de un mes aproximadamente eclosionan las crías que acceden al dorso de la madre gracias a una especie  de ventosas. Permanecerán allí otro mes hasta que muden y se independicen. Es muy normal que las hembras devoren los huevos e incluso las crías cuando se mantienen en cautividad, las razones no están claras, pero muy probablemente sea debido al estrés.

Mastigoproctus giganteus
Hembra con sus crías a cuestas
Mastigoproctus giganteus
Crías recién independizadas
Mastigoproctus giganteus
Crías individualizadas en tarrinas
 
Una vez que se localizan a las crías independizadas de la madre se han de transladar e individualizar a cada una en  tarrinas con sustrato húmedo. Al cabo de 2 semanas empezarán a alimentarse solas. Es aconsejable ofrecerles micro-grillo muerto para que se inicien sin sobresaltos, y ofrecerles el alimento vivo pasado un mes. Hasta que no maduren, deberán pasar toda su vida solos y únicamente se deberán juntar para la reproducción.

Artículo e imágenes: Òscar Martínez

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