Especies invasoras: Tortugas acuáticas americanas


Tortugas de orejas rojas en un centro de recuperación de reptiles

El gran problema con el que nos encontramos hoy en día es que hay en nuestros ríos y lagos una cantidad importante de fauna invasora.
Lamentablemente son muchas ya las especies alóctonas que amenazan nuestro entorno: mejillón zebra, caracol manzana, gambusia, cangrejo americano, siluro, mosquito tigre, mapache, cotorra, y un larguísimo etcétera.
 
Uno de los casos más alarmantes es el de las tortugas acuáticas americanas.
El problema empieza con una familia que le compra a su hijo un par de tortuguitas pequeñas en cualquier tienda de mascotas. Cuando ha pasado un año, el niño no les hace ni caso y los padres están hartos de darles de comer y cambiarles el agua. Para colmo las tortugas resulta que cada día están más grandes.
La solución que se les viene a la cabeza es bien sencilla: tiramos las tortugas al río de aquí al lado, que estarán como en su casa.
La verdad es que sí, las tortugas se adaptan perfectamente. Lo que pasa es que arrasan con toda nuestra flora y fauna acuática, parte de la cual ya está de por sí en peligro de extinción.
Estas tortugas se alimentan de insectos, larvas, moluscos, peces, anfibios y todo tipo de plantas acuáticas.
Cada vez en más ríos de la península y del resto de Europa, podemos encontrar ejemplares de estos animales.

Tortugas de orejas rojas introducidas en Sils (Girona) - Imagen de Alfons Delgado-Garcia
 
Al principio la única especie que amenazaba nuestros ríos era la tortuga de orejas rojas (Trachemys scripta elegans), sin duda el reptil más vendido de todos los tiempos en nuestro país. Se prohibió la importación y venta de esta subespecie, lo que dio pie a la importación de otras muchas especies americanas realmente similares:  Trachemys scripta scripta, Trachemys scripta troosti, Trachemys emolli, Pseudemys nelsoni, Pseudemys concinna, Graptemys pseudogeographica,...
Actualmente se ha prohibido también la venta de cualquier subespecie de Trachemys scripta, pero lo único que se consigue es una mayor diversificación de especies. Pronto empezarán a ser más frecuentes especies asiáticas (pero perfectamente adaptables a nuestro clima) como las Chinemys reevesii.

A día de hoy es ya muy complicado conseguir extraer todos los ejemplares liberados, pero el problema se agraba porque debido a las medidas ineficientes y a la desinformación de la población, cada día aumenta el número de tortugas que son soltadas en muchos puntos de nuestra geografía.
Existen también centros donde aceptan donaciones de estos animales, pero están todos ellos muy masificados y el mantenimiento de estas tortugas consume sus mermados recursos económicos, impidiendo dedicarlos a la recuperación de la fauna autóctona.

Tortugas de orejas rojas en el CRARC de Masquefa (Barcelona)

Tortugas abandonadas en la estación de Atocha (Madrid)

Tortugas americanas en el CRT de l'Albera (Girona)

Ejemplares presentes en el parque de Cabárceno (Cantabria)

Tortuga de orejas rojas asilvestrada en el Parc Samà (Tarragona)

Probablemente las únicas medidas eficientes serían prohibir la importación de especies adaptables a nuestro clima, la regulación y control de todos los cuidadores de especies exóticas o establecer una talla mínima de 10 cm, lo que evitaría sin duda la compra compulsiva. Cada una de estas medidas tienen sus pros y sus contras, pero en cualquier caso lo que es imprescindible es conseguir que toda la gente sepa los requisitos mínimos de cada animal y los problemas que pueden causar los abandonos.

Texto e imágenes: Enric Pàmies


  
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